La resistencia a los antibióticos (RAM) representa una de las mayores amenazas sanitarias mundiales del siglo XXI. Según un estudio publicado en la prestigiosa revista The Lancet La RAM tiene efectos devastadores en la salud de las poblaciones, las economías y los sistemas sanitarios de todo el mundo.
¿Qué es la resistencia a los antibióticos?
La resistencia a los antibióticos se produce cuando las bacterias se vuelven resistentes a los fármacos que originalmente se diseñaron para erradicarlas. Este fenómeno es una evolución natural de las bacterias, pero la actividad humana -en particular el uso excesivo e inadecuado de antibióticos- ha acelerado drásticamente este proceso. Las bacterias se adaptan, mutan y transmiten información genética, lo que conduce a la propagación de cepas resistentes difíciles de tratar.
Según un estudio publicado en The Lancet, la RAM es responsable de millones de muertes cada año. En 2019, aproximadamente 1,27 millones de muertes estuvieron directamente relacionadas con la resistencia, y millones más se vieron afectadas indirectamente. Si no se toman medidas drásticas, se espera que esta cifra aumente a 10 millones de muertes al año en 2050, superando las muertes por cáncer o enfermedades cardíacas.
El estudio identifica varios factores clave que contribuyen a la propagación de la RAM:
- Uso excesivo de antibióticos en medicina: A menudo se recetan antibióticos innecesariamente, por ejemplo para infecciones víricas como la gripe, para las que no tienen ningún efecto. En algunos países, la práctica de la automedicación, en la que los pacientes toman antibióticos sin receta, es habitual.
- Uso de antibióticos en la agricultura: en todo el mundo se utilizan hasta 70 % de antibióticos en la producción ganadera, a menudo como profilaxis o para favorecer el crecimiento de los animales. Estas sustancias entran en el medio ambiente y en la cadena alimentaria, favoreciendo el desarrollo de bacterias resistentes.
- Higiene y control de infecciones inadecuados: En los países de renta baja y media, la propagación de infecciones se ve exacerbada por la falta de acceso a agua potable, saneamiento y atención sanitaria de calidad. Esto aumenta la necesidad de antibióticos y, por tanto, el riesgo de resistencia.
- Desarrollo limitado de nuevos antibióticos: en las últimas décadas, la industria farmacéutica se ha centrado en desarrollar fármacos para enfermedades crónicas que reporten más beneficios. Desarrollar nuevos antibióticos es un reto financiero y técnico, lo que provoca una escasez de nuevos fármacos contra las bacterias resistentes.
Consecuencias de la RAM
El impacto de la resistencia a los antibióticos es profundo y polifacético. Desde el punto de vista sanitario, la RAM aumenta el riesgo de fracaso terapéutico en infecciones comunes como la neumonía, las infecciones urinarias o la sepsis. La cirugía, la quimioterapia y otras intervenciones médicas que dependen de antibióticos eficaces se vuelven más arriesgadas.
Las repercusiones económicas también son importantes. El estudio calcula que la RAM podría reducir el PIB mundial entre 2 y 3,5 % de aquí a 2050, lo que equivale a billones de dólares. Los costes de estancias hospitalarias más largas, tratamientos más caros y pérdida de productividad de la mano de obra son enormes, especialmente para los países en desarrollo.
Entre las repercusiones sociales se encuentra el empeoramiento de las desigualdades. Los países de renta baja son los más afectados porque tienen un acceso limitado a medicamentos alternativos y tecnologías sanitarias modernas. Así pues, la RAM agrava las disparidades sanitarias a escala mundial.
Los autores del estudio subrayan que para hacer frente a la RAM es necesario un planteamiento mundial coordinado. Entre las principales recomendaciones figuran:
- Uso prudente de los antibióticos: introducir normas de prescripción más estrictas y educar a médicos y pacientes sobre el uso correcto de los antibióticos. En la agricultura, el uso de antibióticos debe limitarse a los casos necesarios y prohibirse para el crecimiento animal.
- Invertir en el desarrollo de nuevos medicamentos: los gobiernos y las organizaciones internacionales deben apoyar la investigación y el desarrollo de nuevos antibióticos, vacunas y herramientas de diagnóstico. Incentivos como subvenciones o desgravaciones fiscales podrían animar a las empresas farmacéuticas a ser más activas en este ámbito.
- Mejorar el saneamiento y la prevención de infecciones: invertir en infraestructuras como agua potable y saneamiento y reforzar los programas de vacunación puede reducir la necesidad de antibióticos. Los hospitales deben aplicar protocolos de control de infecciones más estrictos.
- Cooperación mundial: la RAM no conoce fronteras y, por tanto, la coordinación internacional es esencial. La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras organizaciones desempeñan un papel clave en la elaboración de estrategias mundiales y el seguimiento de los avances.
- Educación y concienciación: hay que informar a la población sobre los riesgos de la RAM. Las campañas sobre el uso correcto de los antibióticos y la prevención de infecciones pueden cambiar el comportamiento individual y comunitario.
La resistencia a los antibióticos es un problema complejo que no puede resolverse con una sola medida. Requiere la colaboración de gobiernos, sistemas sanitarios, científicos, industria y ciudadanos. Un estudio publicado en The Lancet advierte de que, si no se toman medidas inmediatas, podríamos volver a una época anterior al descubrimiento de los antibióticos, en la que las infecciones comunes significaban la muerte. Por el contrario, si se ponen en marcha medidas eficaces, el impacto de la RAM puede mitigarse considerablemente.
The Lancet/gnews.cz - GH