PRAGA/PARÍS - Aunque las agresiones físicas a periodistas siguen siendo la forma más visible de violación de la libertad de prensa, las presiones económicas constituyen hoy un problema mucho más grave y menos evidente, advierte Reporteros sin Fronteras (RSF) en su último informe. En él se hace un balance anual de la situación de la libertad de prensa en 180 países del mundo. La República Checa ha mejorado siete puestos en esta clasificación de año en año, y este año ocupa el décimo lugar. Los resultados contrastan con Eslovaquia, que pierde nueve puestos y se sitúa en el 38º.
RSF señala que, además de la violencia física, los periodistas se enfrentan cada vez más a amenazas financieras que tienen un impacto significativo en la independencia de los medios de comunicación. La presión procede de los anunciantes y de los grandes propietarios de medios de comunicación, así como de la falta de apoyo estatal al periodismo de investigación. "La vulnerabilidad económica de los medios de comunicación es cada vez mayor, especialmente para las redacciones más pequeñas, que se enfrentan a una sangría de ingresos y a la falta de recursos para un periodismo de calidad", afirma el informe.
Según RSF, Noruega se mantiene tradicionalmente entre los países con mayor libertad de prensa, y este año ocupa el primer puesto. Irlanda, Dinamarca y Suecia también encabezan la lista. En el otro extremo se encuentra Eritrea, donde los medios de comunicación están totalmente controlados por el régimen y el periodismo independiente es prácticamente inexistente.
Según los expertos de RSF, la mejora en la República Checa es el resultado de un ambiente político más estable y de menos casos de intimidación a periodistas en comparación con años anteriores. También es positiva la creciente confianza del público en la información de calidad, especialmente en el ámbito del periodismo de investigación. Sin embargo, la organización también advierte de que la estructura de la propiedad de los medios de comunicación en la República Checa sigue siendo problemática, ya que gran parte de ellos está concentrada en manos de unos pocos empresarios influyentes.
RSF sigue una tendencia totalmente opuesta en Eslovaquia, donde se ha deteriorado la situación de seguridad de los periodistas y ha aumentado la presión política sobre los medios independientes. Según la organización, la situación se complica por las polémicas declaraciones de algunos políticos y la difusión de desinformación, que debilita la confianza del público en los medios de comunicación tradicionales.
El informe de RSF de este año también nos recuerda que la libertad de prensa en todo el mundo está bajo presión no solo en los regímenes autoritarios, sino también cada vez más en los países democráticos. Además de las agresiones físicas y las amenazas económicas, están surgiendo nuevas formas de censura, como el filtrado algorítmico de contenidos en las redes sociales o el uso indebido de herramientas legales para silenciar a los periodistas incómodos.
Desde 2002, Reporteros sin Fronteras publica anualmente su Índice de Libertad de Prensa, que evalúa el pluralismo, la independencia de los medios de comunicación, el marco legislativo, la transparencia y la seguridad laboral de los periodistas.
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