CIUDAD DEL VATICANO - Esta cantidad bastaría para alimentar durante casi dos años a los 345 millones de personas que actualmente padecen el hambre más grave del mundo, incluida la hambruna. Así se desprende del informe anual sobre el gasto en armas nucleares publicado por la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares. En la actualidad existen aproximadamente 12.000 cabezas nucleares, de las cuales cerca de 90 % pertenecen a Estados Unidos y Rusia.
Con el gasto realizado en 2024 para ampliar los arsenales nucleares de nueve países con armamento nuclear -China, Corea del Norte, Francia, India, Israel, Pakistán, Reino Unido, Rusia y Estados Unidos- se necesitarían casi dos años para alimentar a los 345 millones de personas que se enfrentan actualmente a la escasez de alimentos más grave del mundo, incluida la hambruna.
Informe anual de ICAN
Esta cifra -el mismo día en que Israel atacó el programa nuclear iraní- procede del informe anual sobre el gasto en armas nucleares publicado por la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN). El detallado documento revela que el año pasado Pekín, Pyongyang, París, Nueva Delhi, Tel Aviv, Islamabad, Londres, Moscú y Washington gastaron más de 100.000 millones de dólares en el desarrollo de sus arsenales nucleares, lo que supone un aumento de unos 11 % respecto al año anterior. Esto equivale a 3.169 dólares por segundo, 274 millones por día y 1.900 millones por cada semana del año pasado. Son cifras muy significativas, indicativas del armamentismo progresivo del mundo, incluido el armamentismo nuclear. Todo ello en un momento en que las Naciones Unidas se enfrentan a profundos recortes en su financiación, y la cantidad que estos nueve países han gastado en armas nucleares podría cubrir casi 28 veces el presupuesto de la ONU. "Estos son sólo algunos ejemplos de las muchas iniciativas alternativas que realmente nos proporcionarían seguridad a largo plazo, en contraposición a las armas nucleares", explica Susi Snyder, coautora del informe con Alicia Sanders-Zakre, y coordinadora de programas de ICAN.
Ojivas nucleares en el mundo
Actualmente hay unas 12.000 cabezas nucleares en el mundo, de las cuales casi 90 % pertenecen a Estados Unidos y Rusia. Según el informe, el año pasado Estados Unidos volvió a gastar más que todas las demás potencias nucleares juntas: 56.800 millones de dólares. China ocupó el segundo lugar con 12.500 millones de dólares, menos de una cuarta parte del gasto estadounidense. El Reino Unido ocupó el tercer lugar con 10.400 millones de dólares, 10 % del total. Le siguen Rusia con algo más de 8.000 millones, Francia con 6.800 millones, India con 2.600 millones, Israel y Pakistán con algo más de 1.000 millones y, por último, Corea del Norte con 630 millones. El documento también analiza los costes en que incurren los países que albergan armas nucleares de otros Estados, entre ellos Bélgica, Alemania, Italia, Países Bajos y Turquía.
El dinero debe concentrarse en otra parte
El informe de la ICAN critica además que el dinero gastado en arsenales nucleares se "malgasta" porque las propias potencias nucleares han acordado formalmente (en una declaración conjunta a principios de 2022) que "la guerra nuclear no puede ganarse y nunca debe librarse". Además, desvían recursos de otras prioridades: de hecho, los 100.000 millones de dólares podrían haberse destinado a financiar medidas para hacer frente a las amenazas a la seguridad causadas por el cambio climático y el declive de especies animales y vegetales, o a mejorar servicios públicos básicos como la sanidad, la vivienda y la educación. Desgraciadamente, a pesar de los reiterados llamamientos internacionales, en la actualidad no hay perspectivas de un cambio de rumbo que detenga o al menos ralentice el desarrollo en curso de las armas nucleares. La Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares, con sede en Ginebra y activa en 107 países desde 2007, es una coalición mundial de la sociedad civil que trabaja para promover la adhesión al Tratado sobre la Prohibición de las Armas Nucleares y su plena aplicación. En 2017, ganó el Premio Nobel de la Paz "por su labor para llamar la atención sobre las catastróficas consecuencias humanitarias de cualquier uso de armas nucleares y por sus extraordinarios esfuerzos para lograr un tratado que prohíba estas armas."
Francesco Citterich - Ciudad del Vaticano
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