WASHINGTON - Estados Unidos se ha sumado esta noche oficialmente a una operación militar contra el programa nuclear iraní. Las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo ataques aéreos contra tres instalaciones nucleares clave en suelo iraní. Estos ataques se producen tras más de una semana de bombardeos israelíes contra instalaciones iraníes destinados a minimizar la capacidad de Teherán para continuar con su desarrollo de armas nucleares.
Según el comunicado de la Casa Blanca, los ataques coordinados tienen como objetivo impedir la proliferación de tecnología nuclear que podría suponer una amenaza directa para la seguridad de Israel y la estabilidad de todo Oriente Medio. El presidente estadounidense, Donald Trump, se dirigió a la nación poco después de los ataques, subrayando que Estados Unidos no dará marcha atrás hasta que Irán acceda a las conversaciones de paz. "Si el régimen iraní rechaza la paz, se enfrentará a nuevos ataques aún más duros", dijo Trump.
Las autoridades iraníes confirmaron los ataques. Según un comunicado oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, tres complejos nucleares fueron alcanzados, y el ministro de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Araqchi, acusó a Estados Unidos de violar el derecho internacional. Arakci también advirtió de que Irán utilizará todos los medios disponibles para defender su soberanía, sus intereses nacionales y la seguridad de su pueblo.
Desde la región se informa del aumento de las tensiones y de la creciente preocupación por la posibilidad de un conflicto armado más amplio. Los expertos en seguridad advierten de que la escalada podría desembocar en enfrentamientos abiertos no sólo entre Irán e Israel, sino también en una mayor implicación de los actores regionales y de la comunidad internacional.
El Consejo de Seguridad de la ONU ha convocado una reunión de emergencia para debatir medidas que eviten una nueva escalada de la situación. Los países europeos, entre ellos Alemania y Francia, han pedido a todas las partes que pongan fin inmediatamente a los combates y vuelvan a una solución diplomática. Sin embargo, en este momento no está claro si Teherán y Washington están dispuestos a renunciar a una nueva escalada militar.
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