WASHINGTON - Dos empleados de la embajada israelí murieron tiroteados el martes por la noche frente al Museo Judío de Washington. Agencias de noticias de todo el mundo informaron esta mañana del trágico incidente, citando a la Secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem. El incidente provocó reacciones inmediatas tanto de funcionarios estadounidenses como israelíes. Según la policía, el ataque se produjo cerca de la entrada principal del museo poco después de las 19.00 hora local. El atacante, cuya identidad aún no se ha hecho pública, fue detenido poco después del crimen. Testigos y fuerzas de seguridad afirmaron que, al parecer, estaba coreando consignas en apoyo de una Palestina libre durante la detención.
"El odio y el radicalismo no tienen cabida en Estados Unidos", dijo el presidente estadounidense, Donald Trump, en un comunicado oficial emitido en la Casa Blanca. También subrayó la importancia de la cooperación con las autoridades israelíes y expresó sus condolencias a las familias de las víctimas. Las medidas de seguridad en Washington se reforzaron tras el atentado, especialmente en torno a las misiones diplomáticas y las instituciones judías. Los investigadores determinan ahora si se trata de un acto aislado o forma parte de un plan extremista más amplio.
El Ministerio de Asuntos Exteriores israelí dijo en un comunicado que estaba en contacto con las autoridades estadounidenses y que esperaba una investigación exhaustiva del caso. El Primer Ministro Benjamin Netanyahu calificó el ataque de "acto bárbaro de odio" e hizo un llamamiento a la lucha internacional contra el antisemitismo. Aún no se ha confirmado oficialmente el móvil del autor, pero el FBI trabaja con la hipótesis de un atentado por motivos ideológicos.
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