Los sistemas de calefacción y refrigeración siguen siendo una fuente importante de contaminación atmosférica en todo el continente. El estudio del CCI subraya la urgente necesidad de acelerar la adopción de tecnologías más limpias, eficientes y renovables en este sector.
La contaminación atmosférica sigue siendo un grave problema medioambiental en la UE, y el sector de la calefacción y la refrigeración contribuye de forma significativa a la emisión de contaminantes nocivos. Estas emisiones incluyen 73 % de partículas (PM2,5), 33 % de óxidos de nitrógeno (NOx), 2 % de amoníaco (NH3), 18 % de compuestos orgánicos volátiles no metánicos (COVNM), 61 % de monóxido de carbono (CO) y 49 % de dióxido de azufre (SO2), todos los cuales suponen graves riesgos para la salud. Los edificios y nuestros hogares son una fuente importante de estos contaminantes.
Tras la revisión de la Directiva sobre calidad del aire ambiente, varios Estados miembros tendrán que hacer esfuerzos adicionales para cumplir los objetivos más estrictos de calidad del aire para 2030, ya que la UE ha ajustado más sus normas a los niveles de calidad del aire recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En esta situación, identificar correctamente las causas de la contaminación atmosférica es esencial para seleccionar y recomendar alternativas más limpias a las prácticas actuales.
A pesar del cambio gradual a fuentes de energía menos contaminantes para la calefacción en la UE, las instalaciones de combustión contaminantes siguen dominando la combinación energética y representarán 97 % de la producción de calor en 2022, según un estudio del CCI.
En las dos últimas décadas se ha avanzado en la calidad y eficiencia de la calefacción europea. Mientras que el consumo final bruto de energía (CFG) total en la UE-27 en 2022 (los últimos datos disponibles en el momento del estudio) disminuirá en 9,5 % en comparación con 2005, el consumo para calefacción y refrigeración se ha comportado mejor, disminuyendo en 16 % durante el mismo periodo. Esto se debe en parte a una menor demanda de energía para calentar los edificios y en parte a unos aparatos de calefacción más eficientes.
El uso de bombas de calor, que no emiten ninguna emisión contaminante directa, se ha multiplicado por seis desde 2005 y actualmente representa 3,7 % del consumo final bruto de energía. Aunque el sector de la calefacción y la refrigeración alcanzará las 25% de energía renovable en 2022, las bombas de calor siguen representando una parte relativamente pequeña, ya que sólo contribuyen con 15 %.
Las emisiones de contaminantes procedentes de la calefacción están dominadas por el sector doméstico (85 % de PM2,5, 82 % de COVNM, 79 % de amoníaco y 76 % de CO), lo que indica la necesidad de establecer límites de emisión de contaminantes más estrictos para los aparatos vendidos para su uso en este sector. El análisis muestra que esto es especialmente relevante para la biomasa en el caso de las PM2,5 y para el gas y la biomasa en el caso de los NOx.
Basándose en investigaciones anteriores sobre la combustión a pequeña escala y en los esfuerzos en curso para mejorar las estimaciones de las emisiones de contaminantes atmosféricos en la Base de Datos de Emisiones para la Investigación Atmosférica Global (EDGAR), el estudio señala los factores clave que afectan a las emisiones:
* el tipo de combustible utilizado (por ejemplo, gas natural, madera, petróleo, pellets o electricidad),
* la tecnología utilizada (por ejemplo, estufas, chimeneas, calderas o bombas de calor),
* la eficiencia global de estos sistemas.
Planes nacionales de energía y clima
El estudio también ha analizado los Planes Nacionales de Energía y Clima (NECP) de 2019 y el borrador de los NECP de 2023, que describen cómo pretenden los países de la UE cumplir sus objetivos energéticos y climáticos para 2030. Los resultados apuntan a un aumento de los objetivos en materia de energías renovables.
Por ejemplo, Suecia pretende seguir aumentando la cuota de energía renovable en calefacción y refrigeración en comparación con la cuota de su PNEC de 2019 y alcanzar una cuota de 73 % en 2030, mientras que Dinamarca, que pretende alcanzar una cuota de 77 %, muestra el mayor aumento en puntos porcentuales (17 p.p.) al comparar los dos PNEC presentados.
Sin embargo, doce Estados miembros aún no cumplen los nuevos requisitos de la UE y muchos países siguen esperando una cuota de renovables inferior a la prevista para 2030. La Comisión ha emitido recomendaciones sobre los proyectos de PNEC actualizados, incluida la posible necesidad de aumentar la ambición renovable. Los Estados miembros están ultimando sus PNEC a la luz de las recomendaciones de la Comisión.
Se prevé que el uso de la bomba de calor aumente en 22 % de aquí a 2030 sobre la base de las propuestas del NECP para 2023, mientras que las previsiones de calefacción por biomasa sólo han aumentado ligeramente, y algunos países han rebajado sus objetivos debido a la preocupación por la calidad del aire.
Estos resultados ponen de manifiesto el complejo y polifacético reto que supone para la UE equilibrar las necesidades energéticas con los objetivos de calidad del aire y descarbonización.
Aunque se ha avanzado en el despliegue de las energías renovables y la eficiencia energética, la continua dependencia de los combustibles fósiles y la biomasa en los sistemas de calefacción supone un riesgo persistente para la calidad del aire.
La UE ha adoptado una estrategia global de lucha contra la contaminación atmosférica que combina medidas normativas, iniciativas estratégicas y una fuerte apuesta por las energías renovables y la eficiencia energética.
El marco energético actualizado de la UE, reflejado en las recientes revisiones de la Directiva de Energías Renovables, la Directiva de Eficiencia Energética y la Directiva de Eficiencia Energética de los Edificios, junto con la Ley de Industria Limpia Cero, proporciona una fuerte señal política para promover soluciones limpias de calefacción. Fomenta la introducción de calefacción urbana y bombas de calor eficientes, al tiempo que marca el camino hacia la eliminación progresiva de las calderas de combustibles fósiles.
Europa.eu/ gnews - RoZ