Se celebran elecciones presidenciales en Rumanía y Polonia, que podrían tener un gran impacto en la dirección de estos países y de la Unión Europea. Rumanía decide en una segunda vuelta de repetición de elecciones, Polonia inicia la primera vuelta. Las elecciones reflejan la tensión entre una dirección proeuropea y el creciente populismo, abordándose cuestiones de identidad nacional, seguridad e influencia extranjera.
En Rumanía, los votantes eligen entre George Simion, líder del partido nacionalista AUR (40,96 % en la primera vuelta), y Nicușor Dan, alcalde de Bucarest (20,99 %). Simion promueve políticas euroescépticas, rechaza la ayuda militar a Ucrania y critica el "dictado de Bruselas", apelando así a los votantes frustrados con la corrupción y el gobierno. Por el contrario, Dan defiende valores proeuropeos, la integración en la OTAN y la UE, y reformas anticorrupción, lo que le asegura el apoyo de las ciudades y la diáspora.
Los sondeos muestran una contienda reñida: los posts en X del 17 de mayo indican la ventaja de Dan (52 % frente a 48 %), pero Simion llevaba ventaja antes de la primera vuelta (54 % frente a 46 % según Curs). La participación récord de la diáspora, que dio a Dan 25,45 % en la primera vuelta frente a los 6,74 % de Simion, puede ser decisiva. Las elecciones están bajo escrutinio debido a los temores de injerencia rusa, que llevaron a la anulación de los resultados originales en 2024.
Los electores polacos deciden en primera vuelta el sucesor de Andrzej Duda. Los principales candidatos son Rafał Trzaskowski, de la Coalición Cívica (KO), y Karol Nawrocki, de Ley y Justicia (PiS). Trzaskowski, alcalde de Varsovia, promueve políticas proeuropeas, valores liberales y derechos de las minorías, que cuentan con el apoyo del Primer Ministro Donald Tusk. Nawrocki hace hincapié en las tradiciones cristianas, la soberanía nacional y rechaza el pacto migratorio de la UE o la liberalización de las leyes del aborto.
Las encuestas dan a Trzaskowski más de 40 % (IBRiS), Nawrocki tiene alrededor de 30 %. Si pasan a la segunda vuelta (1 de junio), la contienda podría ser reñida. Las autoridades polacas vigilan el riesgo de injerencias extranjeras, inspiradas en el caso rumano.
Los resultados de las elecciones afectarán a la posición de ambos países en la UE y la OTAN. La victoria de Simion podría acercar a Rumanía al aislacionismo, mientras que Trzaskowski reforzaría la línea proeuropea de Polonia.
gnews.cz - GH