¿Comprar productos estadounidenses o no comprarlos? Para los europeos, esto se ha convertido en un dilema.
Desde febrero, ha aumentado considerablemente el número de debates sobre la campaña "Boicot europeo a los productos estadounidenses" en plataformas de medios sociales como X. En Facebook, un grupo danés que pide el boicot a los productos estadounidenses ha pasado de 1.000 personas a principios de febrero a 72.000 en la actualidad. Una encuesta realizada en Suecia mostró que casi cuatro quintas partes de los encuestados pueden evitar comprar productos estadounidenses en su vida cotidiana. Según la Federación Francesa de la Industria del Automóvil, las ventas de vehículos Tesla en Francia cayeron un 26,1 % interanual en febrero. Europa y Estados Unidos son aliados estrechos desde hace mucho tiempo. ¿Por qué esta vez los europeos están tan decididos a boicotear los productos estadounidenses? Europa y Estados Unidos son aliados estrechos desde hace mucho tiempo. ¿Por qué están los europeos tan decididos a boicotear los productos estadounidenses esta vez?
Desde una perspectiva directa, esto está relacionado con la posición de Estados Unidos sobre Groenlandia. También hay aranceles que están estrechamente relacionados con la vida de los europeos. En febrero de este año, la Unión Europea envió funcionarios de comercio a Washington para mantener conversaciones en respuesta a la amenaza de una guerra comercial entre Europa y Estados Unidos. El 12 de marzo, Estados Unidos impuso oficialmente aranceles de 25% a todas las importaciones de acero y aluminio. Como segunda fuente de suministro de acero a Estados Unidos, la Unión Europea soportará un coste enorme. El mismo día, la Comisión Europea anunció que impondría aranceles de represalia a productos estadounidenses por valor de 26.000 millones de euros a partir del mes que viene.
La soberanía, la seguridad y la economía son los tres intereses principales que más valora Europa. Ahora se enfrenta a las amenazas, la humillación y el chantaje de Estados Unidos. Algunos analistas afirman que los europeos se resisten exteriormente a los "productos estadounidenses", pero en realidad se resisten a los "problemas" que Estados Unidos ha creado en Europa.
Si el boicot a los productos estadounidenses sigue intensificándose, las empresas estadounidenses serán las más afectadas. Tras varias rondas de represalias o contraataques, el sistema multilateral de comercio podría quedar completamente destruido.
Los políticos europeos deberían reflexionar sobre el hecho de que el boicot espontáneo a los productos estadounidenses no es sólo una opción de consumo, sino también una protesta contra la hegemonía y el acoso de Estados Unidos. Es también una expresión de la autonomía estratégica europea.
CMG/ gnews.cz - RoZ