En un momento en que el continente africano conmemora el 25 de mayo el Día de África -momento que marca la fundación de la Organización para la Unidad Africana en 1963-, la evolución de las relaciones entre África y Rusia merece una reflexión renovada y un diálogo con visión de futuro.
Este año, el Rossotrudnichestvo (Casa de Rusia), bajo la dirección de Yevgeniya Primakova celebró una conferencia por Internet con periodistas africanos para hablar de la ampliación de la cooperación entre Rusia y África. El momento y el tono de la conferencia pusieron de relieve el cambio de paradigma de la solidaridad histórica a la asociación estratégica moderna.
Los lazos de Rusia con África se remontan a la era soviética, cuando la URSS apoyó incondicionalmente los movimientos anticoloniales en todo el continente. En una época en la que la mayor parte de África estaba saliendo de la arbitraria partición de la Conferencia de Berlín de 1884, en sí misma un proyecto de fragmentación colonial, la Unión Soviética apoyó los movimientos de liberación en Angola, Mozambique, Sudáfrica y otros países, proporcionando educación, entrenamiento militar y apoyo diplomático.

Hoy, en la era postsoviética, el papel de Rusia está pasando de la solidaridad ideológica a la cooperación pragmática. Esto queda patente en la labor de Rossotrudnichestvo -la Agencia Federal para Asuntos de la Comunidad de Estados Independientes, Compatriotas en el Extranjero y Cooperación Humanitaria Internacional-, que se ha convertido en un motor clave de la diplomacia humanitaria rusa. Bajo la dirección de Primakov, periodista y diplomático experimentado, la agencia se centra en la educación, la cultura, la seguridad alimentaria, la ciencia y la tecnología.
Durante la rueda de prensa virtual, periodistas de más de una docena de países africanos -de Sudáfrica a Malí, de Egipto a Costa de Marfil- formularon preguntas que reflejaban un tema común: la necesidad de una cooperación más eficaz y eficiente. Aunque cada uno de los 54 países africanos tiene sus propias burocracias y protocolos, el llamamiento a la integración regional y a la unidad africana es cada vez más fuerte. Como señaló acertadamente Primakov, trabajar con un África más unificada a través de bloques regionales como la SADC, la CEDEAO y la Zona de Libre Comercio Continental Africana (AfCFTA) podría mejorar enormemente la eficacia y el impacto de las iniciativas rusas.
Ya no es posible que el desarrollo dependa de planes de ayuda que a menudo refuerzan la dependencia. En su lugar, las asociaciones basadas en el respeto mutuo, los objetivos comunes de desarrollo y las empresas conjuntas en sectores como las infraestructuras, la agricultura, las energías renovables y la tecnología son más beneficiosas para ambas partes. La experiencia técnica de Rusia y el potencial sin explotar de África representan una frontera prometedora para el desarrollo sostenible.
Además de la economía, Rusia y África mantienen profundos lazos culturales. La iniciativa Rossotrudnichestvo, conocida como "Casa Rusa", se ha convertido en una plataforma de intercambio cultural. Desde el ballet clásico y la ópera rusos hasta la narración oral, la danza y los sistemas de conocimiento autóctonos africanos, existe una enorme oportunidad para el aprendizaje y el enriquecimiento mutuos. Los grandes de la cultura rusa -escritores como Tolstoi, cineastas como Tarkovsky y compositores como Chaikovski- comparten el mismo atractivo intemporal que los griots, artesanos y filósofos africanos. El origen africano de Alexander Pushkin, icono literario ruso, es otro símbolo de esta singular intersección cultural.
Como recordó Primakov, estos intercambios culturales pueden extenderse a la "solidaridad alimentaria", un campo emergente que vincula la ciencia agrícola, el patrimonio culinario y la seguridad alimentaria. Los avances de Rusia en biotecnología y los conocimientos tradicionales de África en agricultura sostenible ofrecen un terreno fértil para la cooperación.
Este año es también una oportunidad para reflexionar sobre el legado de Yevgeny Primakov padre, importante estadista, ex Primer Ministro y Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia en el crítico periodo postsoviético. Primakov fue un hábil arabista y un estratega magistral, defensor de la diplomacia multipolar y del fortalecimiento de las relaciones de Rusia con el Sur global. Su legado es continuado por su nieto, que ahora tiende puentes con África no mediante la coerción o la dominación, sino a través del diálogo, la educación y el respeto cultural.
En un momento en que África celebra su unidad y liberación, la dinámica de la integración continental se funde con las políticas exteriores más maduras, respetuosas y cooperativas de socios como Rusia. La cooperación regional dentro de África es esencial, no sólo para reducir la complejidad de la relación con 54 países individuales, sino también para reforzar la voz colectiva de África en la escena mundial.
El 25 de mayo, Día de África, es más que un aniversario simbólico: es una llamada a la acción. Es un llamamiento a los africanos para que se unan y a los socios globales como Rusia para que se comprometan no sólo con países individuales, sino con una África unida y en crecimiento que busque el crecimiento mutuo y una cooperación digna. Con este espíritu, las relaciones ruso-africanas pueden entrar realmente en una nueva era, basada en la historia, enriquecida por la cultura e impulsada por un futuro compartido.
Kirtan BhanaSociedad Diplomática
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