En un momento en que los titulares se difunden más rápido que la verdad y los algoritmos a menudo triunfan sobre la responsabilidad, nos encontramos en medio de una profunda lucha, no por las armas o las ideologías, sino por la realidad frente a la percepción. Los medios de comunicación, antaño un espejo fiable de la sociedad, se han convertido ahora en un espacio controvertido en el que las narrativas se crean, se remodelan y se utilizan como armas.
Foros CMG y enlace Confucio
Este año tuve el privilegio de asistir al IV Foro del Grupo de Medios de Comunicación de China (CMG), celebrado durante tres días en la ciudad de Qufu, provincia de Shandong, cuna del venerado filósofo Confucio. El tema del foro, "Intercambio, aprendizaje mutuo, potenciación tecnológica: el poder de la civilización en la transformación y el desarrollo", no podía ser más oportuno. En un momento de crecientes tensiones geopolíticas y un entorno mediático en rápida evolución, Qufu ofrecía no sólo un entorno impregnado de patrimonio, sino también una perspectiva a través de la cual reflexionar sobre nuestro futuro común.
De los tambores a las citas: La esencia de la conexión
Los medios de comunicación siempre han servido para conectar a la gente. Mucho antes de la invención de la imprenta, las sociedades africanas y asiáticas utilizaban tambores como herramientas de comunicación inalámbrica para transmitir señales a través de bosques y valles. Desde estos ritmos hasta los rollos de papiro, pasando por las prensas de Gutenberg o la radiodifusión mundial por satélite, la evolución de los medios de comunicación siempre ha respondido a las necesidades de cada época.
Hoy tenemos en nuestras manos un superordenador: un teléfono inteligente que permite a cualquiera, en cualquier lugar, convertirse en locutor. Esto conlleva un poder y una responsabilidad sin precedentes. Nuestra capacidad de influencia nunca ha sido mayor, como tampoco lo ha sido nuestra necesidad de sabiduría.
El viaje por China y su progreso
Viajando de Pekín a Qufu en tren de alta velocidad, recorriendo 585 km en sólo 2 horas y 20 minutos, experimenté de primera mano un ejemplo tangible del desarrollo transformador de China. Con trenes de levitación magnética probando velocidades de más de 600 km/h, está claro que el progreso tecnológico de China va acompañado de confianza nacional.

Sin embargo, este progreso se ve a menudo distorsionado en las narrativas de los medios de comunicación occidentales dominantes: no se presenta como un progreso, sino como una amenaza. Estas distorsiones no sólo no reflejan la verdad, sino que revelan el miedo a reconocer un mundo multipolar. Estas narrativas fomentan la inseguridad y desinforman a los ciudadanos, muchos de los cuales luchan contra una gobernanza ineficaz en sus países. La cuestión es: ¿Quién controla la narrativa y con qué fin?
"Estamos viviendo la mayor alteración de los medios de comunicación desde la invención de la imprenta.., dijo Kirtan Bhana en el Foro CMG
Cibergeneración: reescribir las reglas
Una de las novedades más alentadoras del debate actual es el auge de la generación cibernética, jóvenes conectados globalmente que no sólo son consumidores de contenidos, sino también creadores de significados. Con acceso a diversos recursos de información, están desafiando construcciones políticas, religiosas, sociales y económicas obsoletas que ya no sirven al progreso inclusivo.
Estos nativos digitales cuestionan la autoridad, rechazan el dogma y abogan por cosas que trascienden las fronteras: justicia climática, igualdad económica, libertad de expresión. Sus voces, amplificadas por la tecnología, están dando forma a un nuevo tipo de espacio público. Plataformas como TikTok, YouTube y Twitter/X ya no son sólo para el entretenimiento, sino que se están convirtiendo en arenas para el activismo y la transformación. Las implicaciones son enormes: esta generación no está asumiendo el statu quo, sino remodelándolo.
Foro Global Minds y Misiones Conjuntas
En el foro de la CMG me reuní con destacadas personalidades, como el ministro camboyano de Información, Neth Pheaktra, el editor de Berliner Zeitung, Holger Friedrich, y el asesor ejecutivo de la PBS tailandesa, Thepchai Sae Yong. Juntos analizamos los cambios sísmicos en el ecosistema de los medios de comunicación y la necesidad de construir un discurso más equilibrado, inclusivo y ético.
El moderador Qinduo Xu, investigador principal del Instituto Pangoal, resumió la situación en su discurso de apertura: "Estamos asistiendo a cambios drásticos en la forma en que recibimos y difundimos la información de los medios de comunicación... los países buscan formas de derribar las viejas barreras de la opinión pública". El dominio de las narrativas occidentales está disminuyendo, sustituido por un mundo mediático multipolar en el que el Sur Global está creciendo no sólo en número, sino también en poder narrativo. Del cine africano a la innovación china, de los ritmos latinos a la espiritualidad india, culturas antes marginadas están ahora en el centro de la edición mundial.

Integridad en la era de la disrupción
Los medios de comunicación tradicionales luchan por sobrevivir. Las redacciones se reducen, los puestos de trabajo en el periodismo desaparecen y, con el cambio a las plataformas digitales, los ingresos por publicidad se concentran en manos de unos pocos monopolios tecnológicos, no de los periodistas. La carrera por la atención premia a menudo la viralidad en detrimento de la veracidad.
Para hacer frente a esta perturbación, es necesario un compromiso renovado con los valores que han sustentado el periodismo creíble durante siglos:
- Financiación diversificada para apoyar la información independiente de interés público.
- Asociaciones culturales y educativas para reforzar los medios de comunicación como infraestructura.
- Publicidad ética que apoya los ecosistemas locales.
- La integridad como prioridad estratégica, no como ideal nostálgico.

Confucio advirtió: "Si los nombres no son correctos, el lenguaje no corresponde a la verdad de las cosas". En la era del clickbait y la desinformación generada por la IA, esta sabiduría suena más cierta que nunca.
Hacia un ecosistema discursivo armonioso
De Qufu a Ciudad del Cabo, de Pekín a Bogotá, nos encontramos en una encrucijada. Podemos permitir que los medios de comunicación sean manipulados por quienes desean dividir, o podemos recuperarlos como herramienta para el entendimiento mutuo, la responsabilidad y el desarrollo.
El concepto de "Gran Armonía" de Confucio representa un mundo donde la diversidad no sólo se tolera, sino que se celebra; donde la comunicación no sólo es rápida, sino significativa. Debemos avanzar hacia ello:
- De la dominación al diálogo.
- De las cámaras de eco a la empatía.
- De los datos a la sabiduría.
Los medios de comunicación deberían servir como tejido conectivo de la civilización, no como su campo de batalla. Las guerras mediáticas no son sólo sobre titulares, son sobre la humanidad. En esta era digital, la verdad no es sólo lo que se dice, sino cómo se plasma, se comparte y se entiende. Como profesionales de los medios de comunicación, políticos y ciudadanos del mundo, tenemos la responsabilidad de garantizar que se escuchen las voces auténticas, que se cuenten historias responsables y que la dignidad siga estando en el centro del discurso.
No olvidemos que Confucio no era sólo un hombre de palabras, sino un hombre de visión. Hoy su visión nos llama a elevar nuestra comunicación a un propósito más elevado: al equilibrio, la comprensión y la armonía.
Kirtan Bhana
thediplomaticsociety/gnews.cz - cik