El Presidente checo, Petr Pavel, firmó dos leyes clave que introducen cambios fundamentales en el sistema checo de prestaciones sociales.
Se trata de la Ley de 30 de abril de 2025 sobre la Prestación de Asistencia Social del Estado y la Ley de 30 de abril de 2025 por la que se modifican determinados actos en relación con la adopción de la Ley sobre la Prestación de Asistencia Social del Estado. Esta reforma, denominada "superprestación", fusiona cuatro prestaciones existentes en una sola y pretende simplificar el sistema, orientar mejor la asistencia a los hogares más vulnerables y aumentar los incentivos al trabajo.
El nuevo sistema sustituye las prestaciones existentes, como el subsidio de subsistencia, el subsidio de vivienda, el subsidio de dependencia y otras prestaciones menores, por una prestación universal. Según el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, la reforma tiene tres objetivos principales: reducir la carga administrativa, garantizar que las ayudas se destinan realmente a quienes las necesitan y fomentar la actividad laboral. "El sistema actual es opaco y muchos hogares vulnerables no reclaman prestaciones porque no están familiarizados con él". dijo el Ministro Marian Jurečka (KDU-ČSL) cuando presente la propuesta en 2024.
En su declaración, el Presidente Pavel apoyó la reforma, pero también advirtió de los riesgos potenciales. "Los principios de la reforma son sin duda un paso en la buena dirección. Hoy en día, el sistema de prestaciones es opaco para los ciudadanos y las autoridades. Los hogares vulnerables no suelen solicitar las prestaciones a las que tienen derecho debido a la complejidad del sistema. Por otra parte, algunas prestaciones están actualmente al alcance incluso de personas con ingresos relativamente altos o grandes patrimonios. Además, el sistema actual también incentiva poco el trabajo". declaró el Presidente. Añadió que el nuevo sistema reduce la burocracia, orienta mejor la ayuda y motiva a la gente a trabajar.
Sin embargo, Pavel también mencionó las preocupaciones de los expertos: "Percibo que en los debates profesionales hay interrogantes sobre el posible impacto en determinados grupos de población. Estos riesgos sólo se pondrán de manifiesto en la práctica. Hay que vigilarlos de cerca y, si se materializan, pediré al próximo Gobierno que corrija ciertos parámetros del sistema." continuó. En particular, llamó la atención sobre la problemática definición de personas vulnerables, que deja fuera, por ejemplo, a las familias monoparentales con hijos mayores, el bajo nivel de subsistencia de los hogares pequeños, el impacto sobre la motivación laboral de las personas en situación de endeudamiento y el establecimiento de normas en materia de vivienda. No obstante, apoyó la reforma, señalando que "La República Checa cuenta ahora con un sistema de prestaciones más sencillo, mejor orientado a los hogares más vulnerables, que puede mejorar el aprovechamiento por parte de quienes realmente necesitan las prestaciones y que, en conjunto, motiva más a la gente para trabajar".
La reforma ha provocado reacciones encontradas. La Asociación Checa de Trabajadores Sociales afirma que el nuevo sistema puede simplificar la administración y ayudar a los más pobres, pero advierte de que puede excluir a determinados grupos, como las familias monoparentales o las personas endeudadas. La oposición, en particular el movimiento ANO, critica la reforma por su falta de preparación y el riesgo de que algunas personas se queden sin ayuda. "El nuevo sistema puede ser más sencillo, pero si deja fuera a quienes realmente necesitan ayuda, fracasará". dijo el Ministro de Asuntos Sociales en la sombra Alena Schillerová (SÍ).
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